ECOLOGÍA

La Psicología Ambiental y el desarrollo sostenible.
¿Cual psicología ambiental?¿Cual desarrollo sostenible?


Una aproximación al trabajo de Esther Wiesenfeld.


Por: Felipe Bobadilla


La necesidad de reorientar las formas de producción vigentes, basadas en el abuso de los recursos naturales y deterioro del ambiente, la cual evidentemente es incompatible con la salud de los sistemas naturales y sociales, sirvieron de preámbulo para formular el concepto de desarrollo sostenible (DS) hace mas de 30 años. Sin embargo, esta propuesta de desarrollo esta acompañada por serios desafíos, entre ellos la modificación de los múltiples valores y preconcepciones del individuo y del colectivo, los cuales son el sustento de las relaciones establecidas entre el ser humano y el ambiente. Estos (valores y preconcepciones) lamentablemente y terriblemente, son manipulados a través de bombardeo multidireccional de propaganda encaminada a consumir, como eje principal de la actividad del individuo, lo cual genera una fuerte inercia social que limita o acota las opciones para consolidar cambios en los actitudes individuales y colectivas. En es sentido, la Psicología Ambiental (PA) viene a ser una propuesta que surge como herramienta conceptual, para analizar, comprender y realizar propuestas que permitan influir en una modificación de las relaciones entre el ambiente y las actividades humanas.

Por otro lado, el concepto de desarrollo sostenible tiene una serie de atributos y carencias, y como muchos conceptos suele ser fácil abusar de el, mas aun cuando el grado de ambigüedad es alto, esto ha sucedido con el DS ya que los enfoques y definiciones del mismo son diversos (mas de 300). Por otro lado, la PA durante su desarrollo como área de estudio de las ciencias sociales, según Esther Wiesenfeld, es la más afín a los objetivos DS, aun cuando hay diferencias interperspectivas e intraperspectivas, por lo que los investigadores apuestan a apoyarse en la semejanzas de estas dos, en la búsqueda del bienestar humano (antropocentrica?).

Al abordar el concepto de desarrollo sostenible, la literatura plantea un enfoque amplio del mismo, tomando en cuenta los tres componentes básicos que integra la sostenibilidad (económico, ambiental y social), a la vez que describe las características de cada uno, señalando también algunas de las críticas señaladas sobre su concepción. Esto es importante tomar en cuenta, ya que los criterios que determinan las políticas y estrategias para alcanzar un supuesto desarrollo regionales o de países, aun siguen enfocados principalmente sobre aspectos económicos, marginando a los ambientales y sociales. Más aun, se ha hecho una critica al mismo concepto de desarrollo sostenible ya que para algunos autores el termino en si constituye un intento de continuidad al modelo económico vigente, sin que se intente cambiar de fondo las verdaderas causas del deterioro ambiental y social que provoco el modo de producción, que se caracteriza por abusar de la capacidad de asimilación de los recursos naturales y que enfatiza la desigualdad social.

Un hecho importante a resaltar es que la sustentabilidad social ha sido concebida principalmente como un medio para alcanzar la sustentabilidad ambiental y no como un fin en si mismo, de tal manera que es vista solo como un puente para la conservación de los recursos (Foladori, 2002), sin embargo hay criticas respecto a esta posición que apunta la inconveniencia de esta perspectiva (Anand y Sen 2000) , criticando la posición de algunas instituciones internacionales (Banco Mundial, OCDE y otras mas) de esconder detrás de la sustentabilidad social el interés por la sustentabilidad ecológica, de tal manera que aspectos como pobreza, migración y otros no son importantes per se hasta que son un problema ambiental.

Por otro lado, se ha enfatizado la necesidad de involucrar al menos estos tres componentes (económico, social y ecologico), sin embargo hay diferentes enfoques sobre que indicadores hay que tomar en cuenta para determinar cada uno de los componentes, por lo que varios autores, señala la pertinencia de contemplar la especificidad de los contextos particulares en los que son planteados, es decir subraya la importancia de considerar los entornos sociales, ambientales, políticos, económicos, así como culturales e históricos de cada región donde se pretenda aplicar estos conceptos. Este señalamiento lamentablemente no es tomado en cuenta por la mayoría de las instituciones encargadas de crear políticas o programas, ya que se adoptan o mejor dicho se copian modelos o programas diseñados como recetas de cocina, sin mediar que estos fueron ideados bajo circunstancias muy disímiles a los países o regiones donde se quiere aplicar, como ejemplo Latinoamérica y en particular en México, con alguna gratificantes excepciones.

Es en este sentido, que el articulo expone la necesidad de que los programas y acciones dirigidas a las poblaciones, deban nutrirse de los conocimientos que puedan aportar las Ciencias Sociales , en particular la PA y la psicología social comunitaria (PSC), para ampliar la comprensión de las múltiples interacciones sociales vinculadas con el ambiente, característicos de cada lugar. Es a través del conocimiento de aquellos procesos psicosociales que es posible ampliar las opciones de aportar planteamientos que permitan o propicien los cambios estructurales para dirigirse hacia un DS, y complementando esta idea, idealmente un DS local que sea la base de un DS global.

Pero ¿que propone y que ha hecho la PA al DS?

El supuesto principal de la PA se basa en la idea de que es posible revertir los procesos de deterioro ambiental, económico y social causado por el sistema social vigente, enfocando sus esfuerzos en modificar las creencias y las actitudes, tanto a nivel individual como colectivo, por lo que fomentado cambios en la forma de pensar, actuar y sentir es posible adquirir patrones de vida sostenible.

En base a esto las aproximaciones de la PA en los asuntos ambientales se han centrado en dos aspectos: la investigación y la intervención. La primera orientada principalmente en los aspectos de cognición y conductuales individuales, mientras que los enfoques grupales según la PA no ha tenido el mismo alcance, pese a que se menciona que los principales focos de deterioro son las organizaciones por lo que los esfuerzo deben orientarse a la solución de los problemas de organización grupal antes que buscar el cambio a nivel individuo.

El segundo aspecto de la PA es en el campo de la intervención, la cual tiene varios flancos abiertos, con diferentes perspectivas principalmente sobre los procesos psicológicos, tanto individuales asi como los que trascienden al individuo, de tal manera que diversos autores proponen que los procesos comunitarios son claves en la solución de problemas.

En este sentido, se presenta un aspecto que parece contradictorio, al menos a nivel teórico, ya que por un lado se expone una critica que se hace al enfoque individual, ya que en unos párrafos se argumenta por un lado, que algunos autores han presentado evidencias sobre la falta de relación directa entre la conducta y los valores y actitudes individuales; mientras que en otro párrafo se señala que hay hallazgos empíricos que sugieren que hay una relación entre valores, normas e identidad social y la cooperación.

Así mismo, la autora presenta las limitaciones implícitas de la PA, al exponer la falta de sistematización y de integración de hallazgos y por ende su aplicación. Lo cual no es exclusivo de la PA, puesto que constantemente y cada vez mas frecuente, se menciona los limites del paradigma vigente de la ciencia, donde el conocimiento tiende a ser parcelado y poco o nada integrativo, lo cual origina una especie de miopía conceptual que en la mayoría de las areas complica, sino impide, su aplicación y consecuente bajo impacto en los sistemas sociales como naturales.

Se asumen como propuestas para superar estas limitaciones, una aproximación holística de los problemas, así como una mejor contextualización de las situaciones particulares. Estos dos enfoque también ha sido considerado en las ciencias naturales, particularmente en el área de las pesquerías y la ecología marina, con propuestas como el enfoque ecosistémico, como un intento de dejar a tras la forma “pulverizada” del enfoque tradicional ecológico, integrando a las especies en su contexto total, a la vez que se propone cada vez mas contextualizar los indicadores ambientales con los sociales, con la intención de abrir la percepción sobre causas y efectos y las diferentes formas en que se influyen los sistemas sociales y naturales en ambas direcciones. Sin embargo, estos caminos aun están iniciando y muchos de ellos son incipientes, quizá por la ausencia de herramientas teóricas-conceptuales y metodologicas.

También se propone abordar los problemas asociados al DS, desde dos perspectivas teóricas: el Constructivismo Social y la Investigación Acción Participativa. Ambas como herramientas que permitan que el individuo abandonar su calidad de objeto para constituirse en sujeto de la investigación de su propia realidad. Lo cual ha sido señalado enfáticamente, como una condición necesaria para el fortalecimiento comunitario, propiciando una organización comunitaria conciente de si misma, que finalmente puede ser llamado como empoderamiento del individuo y de la comunidad, al ser capaces de asumir responsabilidades y derechos en la toma de decisiones donde se involucran los recursos naturales de su comunidad.

Finalmente, a manera de contribución, una aproximación alternativa del desarrollo sustentable la cual comparto, es la que postula Novo (2006) que parte de la suposición de que puede haber desarrollo, mejora cualitativa o despliegue de potencialidades, sin crecimiento, es decir, sin incremento cuantitativo de la escala física, sin incorporación de mayor cantidad de energía ni de materiales. Por lo tanto, es importante replantearse el camino andado sobre las propuestas para el DS, a través de, al menos, dos preguntas:¿Desarrollar que? y ¿Sostener que?.


Referencias
Anand y Sen Amartya (2000), Human Development and Economic Sustainability, World Development, vol. 28, núm. 12, Elsevier Science Ltd., Pergamon, Great Britain, pp. 2029-2049.
Faladori G. (2002) Avances y límites de la sustentabilidad social. Economía, Sociedad y territorio. Vol. III. 12, 621-637
Novo, M. (2006). El desarrollo sostenible. Su dimensión ambiental y educativa. Madrid: UNESCO-Pearson. Capítulo 3.

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