APORTACIONES (IN)VOLUNTARIAS


Justicia futbolera
Por: Carlos Hernández

Y al final –después de tanto dramatismo, fallas, patadas y poco brillo–, la pelota entró del lado donde estuvo durante la mayor parte del partido, lo que significa, simplemente, justicia futbolera.

Ganó el balompié, más allá del color de las playeras. Para bien de este deporte, el más popular y bonito del mundo, el título quedó en manos de los que tuvieron casi siempre el balón en los pies y que buscaron la portería rival, a pesar de toparse una y otra vez con tantas piernas holandesas dedicadas principalmente a destruir.

El gol del título, que mete a España en la historia como el octavo país campeón, llegó justamente en los botines de Andrés Iniesta, quien junto con Xavi Hernández dio muestras de cómo se monopoliza la media cancha.

“La furia roja es la copia del Barcelona”, definió el legendario Johan Cruyff sin duda ayer, con el corazón partido. Y sí, jugó como los azulgranas hasta que se topaban con el arquero. Entonces les hizo falta el talento de Messi para culminar la jugada con ese tan sencillo y complicado pase a la red. Si a Argentina le hicieron falta Iniesta y Xavi, España adoleció de Lio. No todos pueden ser el Barça.

Cruyff sin duda entristeció al ver en lo que acabó Holanda. Ni la sombra de la naranja mecánica que revolucionó este deporte en los años 70. De aquel futbol total sólo queda el recuerdo.

Ya se sabía que esta Holanda juega al límite, con la falta como estrategia, pero fue lamentable ver esa patada de De Jong a la media hora de juego. Ahí mostró al mundo que quería el premio sin importar la forma.

Y el árbitro inglés Howard Webb dio la razón a su esposa, quien lo había sacado a balcón al decir que cómo iba a dirigir una final si ni siquiera sus hijos infantes lo obedecían en casa.

Sudáfrica 2010 dejó poco para escribir a casa. Lo mejor, tal vez, fue que llegaron aires de cambio con un nuevo monarca, que Europa por fin se tituló fuera de sus fronteras y que ganó el que trató con respeto al balón, aunque fuera el impredecible Jabulani.

Lo peor es que faltan cuatro años para el siguiente Mundial. Pero nos queda la esperanza de que será en la tierra del jogo bonito. En Sudáfrica la furia roja fue el equipo que más se acercó a lo que debe ser el buen futbol. Y que quedara campeón resultó esperanzador.


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